lunes, marzo 17, 2008

SILENCIO (Febrero 2007)

La chica morena del vestido negro dejaba que el cigarro se consumiese en sus manos. Ya no prestaba atención a la ceniza que caía lentamente. No pestañeaba. Mantenía la mirada fija sobre el grupo de chicos arrinconados en una de las mesas del fondo. Jugaban al kinito, como casi todos los que estaban en aquel bar. Ella era distinta. Había ido a aquel antro para acompañar a Elena, una amiga del colegio a la que ya casi no veia. Pasaron de compartir secretos y lapiz de labios en la niñez a quedar una vez al año e intercambiar sonrisas de compromiso y recuerdos mojados. Elena no paraba de hablar, pero ella seguía contemplando a aquellos chicos del fondo. Gritaban y se insultaban. Reían. Se volvían a insultar. Gritaban. Y de repente…

SILENCIO.

Eran las dos de la madrugada de un sábado, 24 de febrero de 2007. Ninguno de los clientes del del Top Ten, el prestigioso bar regentado por Don Enrique Ceballos, parecía saber que había ocurrido. Nadie fue capaz de explicar en ese momento por qué se pasó de un ruido ensordecedor al más absoluto silencio. Incluso Elena había detenido su incontinencia verbal, justo cuando relataba lo sensible que era su recién estrenado novio, para sumarse al silencio.

Enrique Ceballos salió de la barra e invitó a los clientes a abandonar el local. Había llegado la hora de cerrar el bar hasta el próximo viernes.

Fue entonces cuando la chica morena se dio cuenta de que su cigarro se consumía. Lo apagó y recogió su bolso. Dos besos a Elena. Dos promesas de volver a verse cuanto antes. Dos mentiras, y se fueron de allí. Pero ella, seguía mirando al grupo de chicos. En ese instante, uno de ellos, el más atractivo y sensual de todos, un chico rubio y alto con jersey a rayas se subió a una silla mientras uno de sus amigos le sacaba una foto. Ella quería preguntarles el motivo por el que habían contagiado su silencio a todo el bar, pero no se atrevió. Subió las escaleras, se marchó a casa e intento dormir.

La semana que sucedió a aquel día fue una pesadilla. Aquella imagen y el misterio que la rodeaba perturbaba su cabeza, por lo que decidió que el viernes iría de nuevo al bar y se enteraría de lo sucedido.

Por fin llegó el viernes, y la chica se acercó hasta el Top Ten. Buscó a Enrique en la barra, pero no estaba, así que preguntó a otro de los camareros. Ella le explicó lo sucedido el anterior sábado y le preguntó si conocía el motivo por el que el bar entero se había enmudecido. El camerero comenzó a reir.

- Pero mujer, ¿Acaso no sabes lo que pasó? El Señor Muelle por fin venció a la historia.

4 Comments:

Blogger Beni said...

Este es un post que escribí la noche que por fin gané una Champions (la modalidad más célebre de Kinito). La victoria tenía especial importancia porque parecía condenado a ser conocido por el sobrenombre Cúper o Poulidor, por mi tendencia a llegar a todas las finales y perderlas. Tras este triunfo, varias Champions más cayeron. Una vez abierta la lata, ya se sabe...

17 de marzo de 2008, 22:07  
Blogger Daniel Aníbal said...

Es de muy mala educación mentar a la soga en la casa del ahorcado.

13 de abril de 2008, 21:29  
Blogger Antonio said...

este post me acaba de inspirar a escribir algo bonito

13 de mayo de 2008, 21:09  
Blogger Beni said...

Señor Nioto, me alegra muchísimo que un texto mío te inspire a escribir. Para un aficionadillo a la escritura como yo, inspirar a otro es lo máximo. Y si además ese otro eres tú, un futuro gran escritor, pues ya ni te cuento xD! Un abrazo!

13 de mayo de 2008, 21:27  

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