martes, marzo 28, 2006

Pal bote

Unos albañiles trabajan en su casa reformando la cocina, haciéndola un poco más grande. Después de unos días de intenso trabajo han terminado la obra y se disponen a irse, pero usted les llama antes de que salgan por la puerta y les entrega un sobre. Dentro hay exactamente el 8% de lo que ha costado la obra. Los obreros, ofrecen su mejor sonrisa y se van con el sobre bajo el brazo, contentos por haber realizado un buen servicio.
Algunos pensarán que dar propina a los albañiles es absurdo, que no hay ninguna razón para hacerlo. Y tienen razón. Pero cuando se trata de un camarero la cosa cambia, y rápidamente sacas la cartera. Muchos dejan monedas a estos trabajadores por pura tradición. Es algo que siempre han hecho y aún no han tenido tiempo para preguntarse por qué. Pero hay otros que dan propina con la excusa de que los camareros, además de mal pagados, trabajan de cara al público. Estamos de acuerdo en que no es uno de los trabajos mejor remunerados, pero tampoco el de cajera de supermercado o el de dependienta de una tienda de ropa, y no por ello les dejamos una suma adicional de dinero a estas muchachas, por muy guapas y simpáticas que sean algunas.
Un viejo amigo de mi bando, de los que no creen en las propinas, se vio en una situación muy extraña cuando viajó hace un par de meses a Inglaterra. Cenaba tranquilamente en un restaurante londinense cuando él y su chica decidieron irse. Pidieron la cuenta, pagaron y ya se levantaban de sus sillas cuando el camarero volvió y les dijo muy amablemente que faltaba el 15% de la propina. Mi amigo, tras una fuerte discusión, pagó lo que le pedían y se fue enfadado, maldiciendo el infame porcentaje, aquel restaurante, y por extensión; Londres. Demos gracias de que en España, al fin y al cabo, dar propina sigue siendo algo opcional. Eso si no te importa que tus amigos lancen una mirada asesina cuando te levantas de la mesa sin dejar un regalito al desvalido trabajador. Da igual que yo haya pagado la comida y los chupitos de anís, ellos sacarán su cartera y las monedas se deslizarán desde sus manos hasta el plato de la cuenta, mientras sus miradas deletrean claramente tacaño. Pueden pensar que soy un tacaño sin remedio, pero no entiendo por qué he de darle a alguien dinero extra por hacer su trabajo correctamente. Me pregunto si estarían dispuestos a descontarnos algo de la cuenta en el supuesto de que nos trajeran la sopa demasiado fría, o una lubina que en cualquier momento pudiera salirse del plato dando coletazos. O aún mejor, me imagino la situación, “muchacho, has sido un poco lento. Llama a tu jefe, que le voy a decir que te descuente un par de euros de la nómina”.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

hola señor benito, tienes mucha razon con eso de las propinas son unos cabrones te echan unas miradas que paque pero cuando estoy yo en el bar que dejen propina jaja.yo no soy de escribir mucho incluso tengo un blog pero no le ago ni caso, mejor dicho ni le e echo la primera entrada, me seguire pasando por estos lares para salirme de la rutina del colegio y echarme unas risas, pasatelo bien y aver cuando vienes para echar un kinito a muerte

31 de marzo de 2006, 21:20  
Blogger Beni said...

jejeje! Es verdad, te das cuenta de que nunca hemos jugado un mano a mano?? Eso hay que remediarlo. Vete preparándote para esta semana santa. Estás oficialmente retado!

31 de marzo de 2006, 21:30  

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